Emy Noether

   En la Alemania de finales del siglo XIX el ambiente era muy poco favorable a la presencia de mujeres en las academia; así el escritor Wolzogen publicó El tercer sexo, según el autor el de las mujeres cultivadas, August Strindberg dijo que una mujer profesora supone un fenómeno pernicioso y desagradable, incluso me atrevería a decir que una monstruosidad y Paul Moebius, un médico muy bien considerado por Freud, publicó un trabajo Sobre la debilidad mental de las mujeres. En ese ambiente nació y creció uno de los matemáticos más brillantes y creativos de todos los tiempos: Se llamaba Emy Noether,

nació en Erlangen (Bavaria) en 1882, y como se deduce de su nombre era una mujer. Su padre fue Max Noether, matemático, hijo y nieto de matemáticos, profesor de la universidad de Erlangen, en la cual Emily asistiría a varias clases de manera extraoficial. Cuando la universidad finalmente le permitió inscribirse en 1904, lo hizo en los cursos de matemáticas. Se doctoró en esta disciplina en 1907 con una tesis acerca de las invariantes. Trabajó en la teoría de grupos, en la teoría de anillos y en las representaciones de grupos, que llegarían a ser muy útiles a físicos, cristalógrafos y espectroscopistas. En 1915 trabajó durante un tiempo en la universidad de Gottingen, donde colaboró con el famoso matemático David Hilbert, pero sin recibir ningún sueldo. Durante un tiempo Hilbert llegó incluso a anunciar los cursos de Emy como si fueran suyos para animar a los estudiantes a que se inscribieran en ellos. También trabajó en las denominadas álgebras no conmutativas. Fue una de las figuras más importantes de la escuela matemática alemana de comienzos del siglo XX. Fundó, al lado de Emil Artin y Helmut Hasse, la teoría del álgebra simple central. El teorema de Noether, propuesto en 1915, se llama así en su nombre. Es uno de los principales resultados de la física teórica y expresa la correspondencia que existe entre la simetría y las leyes de conservación de las magnitudes en un sistema físico.

La universidad de Gottingen la admitió como profesora en 1919 y en 1922 la nombraron profesora sin cátedra (y sin salario). En esa época vivía de las rentas de una pequeña herencia y sólo mucho después, comenzó a percibir un pequeño sueldo de la universidad, a pesar de que era una de sus científicos más brillantes y productivos. Aunque contaba con el apoyo de sus alumnos, que acudían de todas las universidades del mundo a estudiar con ella o a que supervisara sus proyectos de tesis, Emmy Noether tuvo que huir de Alemania en 1930, pues las leyes racistas del gobierno nazi le prohibían dar clases por ser de familia judía. Se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton y en el Women's College de la universidad Bryn Mawr. En 1932 recibió el premio Ackermann-Teubner Memorial, para el avance de las ciencias matemáticas. Murió en Estados Unidos y sus cenizas se conservan en el monasterio de Thomas Great Hall de la propia universidad Bryn Mawr.

A su muerte, Eisntein escribió En el reino del álgebra, en el que los mejores matemáticos han trabajado durante siglos, ella descubrió métodos que han probado su enorme importancia… La matemática pura es, a su manera, la poesía de las ideas lógicas… En este esfuerzo hacia la belleza lógica se descubren fórmulas espirituales necesarias para conseguir una penetración más profunda en las leyes de la naturaleza.

©Adela Muñoz Páez, 2009