Como su propio nombre indica, es el encargado de mantener el gas que se introduce en las vías aéreas del paciente cargado con cierto grado de humedad y temperatura, supliendo en parte la función que realizan la mucosa de las fosas nasales. Se trata de un recipiente estanco donde se deposita agua estéril, este agua es atravesada por el volumen de gas que posteriormente se dirige hacia las vías aéreas del paciente. Este recipiente es transparente, con el fin de visualizar el contenido del líquido, y dispone de dos líneas señalizadoras del volumen máximo y mínimo en que se debe encontrar el agua depositada en el mismo. Asimismo dispone de un calentador y un termostato que va a ser que se mantenga la temperatura dentro del límite que marcaremos en el propio humectador.
Estos humectadores, son denominados de varias formas en función del fabricante y en función de la idiosincrasia del equipo que los usa, así tenemos denominaciones como aquapar, cascada, etc.
También disponemos en el otro tipo de humectador, que no es más que una conexión provista de un filtro que acapara el vapor de agua procedente del propio sistema bronquial del paciente, y es este mismo vapor de agua el encargado de humidificar y calentar el nuevo gas que durante la inspiración pasará a ocupar las vías aéreas del paciente.
En el caso de usar el humectador tipo cascada, se hace necesario incorporar a los tubos que conectan el respirador con el paciente unos departamentos donde se deposite el agua condensada procedente del propio vapor de agua, los cuales se deberán vigilar y drenar antes que queden cubiertos totalmente por el agua. Estos depósitos denominados "trampas de agua" deberán acoplarse tanto en el tubo que dirige el flujo hacia el paciente, como en el tubo de la espiración, y ambos deberán estar colocados en el lugar más bajo de todo el sistema tubular, con el fin de facilitar dicho drenaje.