Hypatia de Alejandría
Según nos cuenta Sócrates Escolástico, historiador del siglo V de nuestra era: Había una mujer en Alejandría que se llamaba Hipatia, hija del filósofo Teón, que logró tales alcances en literatura, filosofía y ciencia, que sobrepasó en mucho a todos los filósofos de su propio tiempo. Consiguió tal grado de cultura que superó de largo a todos los filósofos contemporáneos. Heredera de la escuela neoplatónica de Plotino, explicaba todas las ciencias filosóficas a quien lo deseara. Con este motivo, quien quería pensar filosóficamente iba desde cualquier lugar hasta donde ella se encontraba. Era tal su fama, que la gente acudía a las puertas de su casa sólo para verla.
Teón y su hija Hipatia vivieron durante el reinado del emperador Teodosio II en un clima de luchas religiosas donde el cristianismo trataba de imponerse. Ambos impartían sus enseñanzas en la Escuela Neoplatónica de Alejandría, dirigida por Teón en la cual, además de filosofía, se estudiaba matemáticas. En esta escuela, Teón escribió comentarios a obras como Los Elementos de Euclides, el Almagesto de Ptolomeo, la Aritmética de Diofanto y las Cónicas de Apolonio. Hipatia, debido a su gran capacidad intelectual y pedagógica, fue elegida como directora de la Escuela a la muerte de su padre. No se ha conservado ninguna de sus obras, pero sabemos de su existencia gracias a las referencias que se hacen a ellas en la correspondencia con sus discípulos, sobre todo Sinesio de Cirene. Así sabemos que escribió un Comentario en 14 libros a la Aritmética de Diofanto; un Canon astronómico; un Comentario a las Secciones cónicas de Apolonio de Perga, su obra más importante; unas Tablas astronómicas que eran revisión de las del astrónomo Claudio Tolomeo, conocidas por su inclusión en el Canon astronómico de Hesiquio. Asimismo editó el Comentario de Teón a Los Elementos de Euclides. Además cartografió cuerpos celestes, confeccionó un planisferio y también se interesó por la mecánica. Inventó un destilador, un artefacto para medir el nivel del agua y un hidrómetro graduado para medir la densidad relativa y la gravedad de los líquidos, precursor del actual aerómetro. Aunque había astrolabios que precedían el modelo de Hipatia, Sinesio también dice que fue inventora del astrolabio, la novedad del de Hipatia es que era plano.
¿Era viable la existencia de semejante mujer en la convulsa sociedad alejandrina de finales del siglo IV? Los hechos vinieron a demostrar que no. Orestes, prefecto romano en Alejandría, inició con Hipatia una relación que algunos decían que iba más allá de la simple amistad. El obispo Cirilo, que se llevaba muy mal con el prefecto romano, culpó a Hipatia de las malas relaciones entre el obispado y la prefectura romana. También se decía que estaba celoso de su popularidad desde el día que vio a la multitud arremolinada en torno a su casa para verla. Por envidia o miedo a la influencia de esta mujer, en círculos cristianos empezó a crecer el deseo de hacerla desaparecer. El caso es que Hipatia murió inicuamente. Del cruel asesinato en nombre de Dios escribe Sócrates Escolástico : Todos los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente. ….algunos atolondrados, impetuosos y violentos cuyo capitán y guía era Pedro, un lector de esa iglesia, vieron a esa mujer cuando regresaba a su casa desde algún lado, la arrancaron de su carruaje, la arrastraron a la iglesia llamada Cesárea, la dejaron totalmente desnuda, le tasajearon la piel y las carnes con caracoles afilados, hasta que el aliento dejó su cuerpo, descuartizaron su cuerpo, llevaron los pedazos a un lugar llamado Cinaron y los quemaron hasta convertirlos en cenizas.
¿Cuáles pudieron ser las causas de la muerte de Hipatia? La situación era muy compleja pero hay varios factores que debieron contribuir a la misma. El primero de ellos la amistad e influencia de la filósofa sobre el prefecto imperial Orestes, que hicieron que Cirilo estuviera celoso de su popularidad. Por otro lado había una hostilidad de Hipatia hacia el obispo por la destrucción y el saqueo de la biblioteca de Alejandría en el año 391, del cual ella lo hacía en cierto modo responsable. Esto pudo llevarla a azuzar el enfrentamiento entre el prefecto imperial y el patriarca. Por último, la muerte de alguien cercano a él como Hipatia, era una clara advertencia a Orestes para que no continuara enfrentándose con el poder de la Iglesia. Los culpables del asesinato de Hipatia nunca fueron castigados. La Iglesia cristiana se afianzó en el poder, relegó a las mujeres a papeles secundarios y las apartó de todos los centros del saber. La ciudad comenzó su declive intelectual.
Posiblemente Hipatia recupere pronto la fama que nunca debió perder, pues el director de cine Alejandro Amenábar ha rodado una película basada en su historia cuyo estreno se prevé del otoño de 2009.
© Adela Muñoz Páez, 2009